martes, 17 de diciembre de 2013

Concurso Infierno del Blog Gatos en la sombra

El blog Gatos en la sombra está orgnizando un concurso internacional cuyo premio será un ejemplar del libro Infierno (Canto de las tierras olvidadas I) de Francesco Gungui... les dejo la sinopsis que hacen en el blog del libro y más abajo el linj para que participen!!!


Sinopsis
En una Europa asolada por el crimen y la desigualdad las autoridades han diseñado una prisión de alta seguridad en una isla llamada INFIERNO. Nadie escogería trasladarse allí, excepto Alec que no teme a nada porque ha descubierto que la chica a quien ama, Maj, está encerrada allí y acusada de una crimen que no cometió. Alec decide arriesgarlo todo por salvarla porque nada es imposible si luchas con la fuerza del amor. 

domingo, 24 de febrero de 2013

Reflejos


Era usual levantarme cada mañana y mirarme al espejo redondo que reposaba en una de las paredes del amplio baño, de una de las habitaciones de la casa que había heredado de mis padres. Sin embargo, aquella mañana al salir de la ducha, limpié el vapor que había cubierto el espejo y deslicé mis dedos entre mi cabello húmedo; miré mis ojos, y noté que uno de ellos estaba enrojecido en uno de sus extremos , pero no presté atención, pues pensé que se debería al champú.

Salí de casa a las ocho de la mañana al igual que cada día. Compré un café en aquel Centro Comercial que queda entre la 5a y la 6a, en el pasillo comercial de la ciudad, y entré corriendo al ascensor que llevaba a las oficinas detrás del mismo. Al entrar en mi oficina, me acerque al pequeño espejo que estaba sobre el mueble de madera de cerezo que tanto me gustaba; allí tenía mis mejores whiskies y los mejores obsequios que mis clientes más adinerados me traían de sus viajes.

El ojo seguía rojo y la irritación se desplazaba ligeramente, en delgadas venas rojas que cada vez eran más numerosas. Tome las gotas que solía usar en estos casos, y apliqué dos en cada ojo. Continué mi jornada laboral y entre la ocupación, y el hecho de que el ojo no me producía molestia alguna, no volví a fijarme en él durante el resto del día.

Al llegar a Casa, el enorme balcón del tercer piso se jactaba de la bella luna que empalidecia todo el sector con su luz blanca. Entré en la cocina y saqué una cerveza de la nevera, la destapé, y me dirigía a la sala arrastrando los pies; el cansancio me dominaba. Pulse el botón de encendido del equipo de sonido y de inmediato se escuchó el pisador de una estación local, seguido de una balada; de aquellas de los años 80.

Pasé a la habitación contigua al salón comedor, era una vieja habitación de música que mi padre había mandado a construir a finales de 1964 cuando apenas tenía 17 años y empezaba a estudiar música en un conservatorio muy reconocido de Europa. Miré a través de la ventana que daba al solario, y me fijé en la bella noche que hacía afuera. Me acerqué a la puerta de vidrio y antes de salir me quedé pasmado ante mi reflejo. Dí un grito ahogado al enterarme de que mis ojos estaban rojos; en exceso. El iris  empezaba a colorearse de un color verdoso que reflejaba frialdad.

Esa imagen era impresionante. Así que corrí rápidamente hacia el cuarto de baño del primer nivel y me asomé en el espejo superpuesto en un armazón de metal que se erigía sobre el mármol, del lado norte. Lo que vi me causó gran susto, era mi rostro infectado por la maldad, aquella maldad que solo cobra sentido cuando la vez emerger de ti hasta este punto. Aquella maldad me invadía, la sentía fluir; cada vez se hacía mi expresión, más aterradora.

Mi cabello parecía más oscuro de lo habitual y mi piel un poco más blanquecina; parecía brillar. Respiré hondamente y cerré los ojos. Trataba de aclarar mi mente, cuando escuché una voz que venía de adentro de mi cabeza y, que con oscuro desdén, repetía incesablemente: “Es hora, hagamozlo, sólo una vez más” Pero ¿qué significaba esto?¿ “Una vez más…” ? quería entonces eso decir que lo había hecho antes pero, ¿a qué se refería? ¿Por qué me hablaba de nosotros? ¿Quiénes eran, o eramos, nosotros?

Al mismo tiempo escuché retumbar un agudo sonido en mis oídos. Entonces, otra voz se hizo clara y repetía con tono agudo: “Vamos, quiero ver como lo hacemos, quiero ver como manchamos nuestras manos” Quedé un poco confundido de lo que me estaba pasando. Y sin embargo, una tercera voz que parecía aún más lejana, decía como un susurro: “tienes otra opción”. Empecé a sentir un hambre insaciable, sentía que mi cuerpo gritaba y no podía controlarlo. Era un deseo muy fuerte, todo esto era demasiado para mi. Perdí control total de mis movimiento, y por un segundo me dije a mi misma: “es hora de asesinar, mi próxima víctima ha sido elegida”

Cerré los ojos y aquella voz lejana me susurró al oído, o al menos eso pareció; “¡acabalo ya!, has tomado una decisión” Agarré un maletín de cuero que solía estar debajo del lavamanos y me marché. Ahora estoy en camino, la búsqueda y persecución empieza, mi adorada víctima, ardo en deseo de arrancarte el alma; es hora de trabajar en lo que cada noche solemos hacer, hay que tomar algunas almas para el lado oscuro, el despertar está cerca, es hora de dejar salir mi otro yo, empieza a desatarse una animalidad asesina que habita en mi.

viernes, 8 de febrero de 2013

Bailando con la Muerte



… Esa noche Alyssa se despertó asustada, era casi medianoche y se encontraba en medio de su habitación bastante fatigada, algo había cambiado, ya no era ella. Se levantó de la cama y encendió la luz,su piel parecía más blanca de lo normal y sus labios tenían un tono rojo muy intenso; sus grandes ojos azules miraban al vacío y la expresión de sus cejas la hacía lucir desesperada. Tomó un bata blanca y muy hermosa que acostumbraba a dejar junto a su cama cada noche; poco a poco cubrió de manera elegante su pequeño pijama de seda. Soltó su pelo largo y lacio, tan negro como la oscuridad de aquella noche, y finalmente, tomo su zapatos de entrecasa y se aventuró al espeso bosque.

La luna se alzaba gloriosa, como evitando una que otra nube que trataba de opacarla. Su pálida y brillante luz guiaba el camino de Alyssa a traves de las frondosas ramas de los árboles que , a medida que ella avanzaba al interior del bosque, se elevaban imponentemente al viento. El camino era cada vez más claro y el deseo que impulsaba a Alyssa era enorme, así que se precipitó a toda velocidad hacia una gran barricada de arbustos espinosos que se hallama en medio de un agradable claro. La luz de la luna lleno la cara de Alyssa, y entonces sintió como las espinas rasgaban trozos de sus vestidos y la herían sutil pero impactantemente.

A pesar de que se encontraba muy herida, Alyssa no podía detenerse, y en un segundo, sin notarlo, ante ella se encontraba un estanque muy pequeño y poco profundo rodeado de las más hermosas flores. Ella se acercó riéndose como una niñita de corta edad, lucía bastante asombrada y feliz, se acercó y vio su reflejo en el estanque; era diferente, era oscuro. Alyssa apresuró su mano hacia su reflejo, y como si supiera lo que hacía tiro de él. Era como un sombra que se prcipitaba fuera del agua, se acercó a Alyssa pero sus rasgos eran indistinguibles, apenas se podían ver un par de ojos azules tan grandes y tan expresivos como los de la misma Alyssa.

La sombra se acercó suavemente a Alyssa y esta la acogió en sus brazos, un pequeño susurro que salía de la sombra, empezó a transformarse en una bella melodía, y juntas danzaron como al paso de una corriente ligera de aire que parecía llevarlas. Pronto se hallaron rondando por el bosque, corriendo entre árboles sin seguir algún camino. La sombra empezaba a sentirse excitada, y Alyssa no podía evitar sentirse encantada con sus delicados movimientos, la fuerza y pasión que ahora las envolvía hacían sentir a Alyssa subyugada, dependiente; ahora nadie podría separarla de ese destino.

El camino se despejaba lentamente, hasta que de repente los árboles desaparecieron y se hallaron en los rieles del tren. La noche estaba demasiado oscura y la sombra empezó a acercase a Alyssa muy despacio, tomandola entre sus oscuras manos, llevándola hacia el piso. La sombra se extendió cubriendo a Alyssa con su brazos, como si la abrazara mientras ambas permanecían acurrucadas en medio de los rieles. Alyssa parecía feliz, era como si tuviera un hermoso sueño; aún lograba escuchar la suave melodía que la sombra susurraba en sus oidos, aquella que la había llevado a danzar lujuriosamente con la sombra.

Ya era tiempo, ambas lo sabían, y aunque un poco onconsciente, Alyssa lo entendía. Una enorme luz blanca surgió de la nada dirigiendose hacía ellas. Ante la luz, la sombra por fin se reveló tal como era; era ella, era como verse en un espejo. Alyssa se miró a sí misma en la profundidad de sus ojos, entonces la sombra se avalanzó sobre ella, y apretandola contra el suelo, desplegó lo que parecían unas alas de mariposa de color negro, se acercó a Alyssa y la besó. Alyssa sentía como se iba su vida y solo pudo reconocer la brillante luz que pasaba a través de sus párpados cerrados mientras sentía la calidez de los labios de aquella sombra…